Y nos fuimos a Catarina...
Entre la preciosa vista, la gente amigable y feliz gozando el paisaje, entre el comercio de artesanías y el olor a comida de los restaurantes aledaños nos sentíamos en casa, relajados, buscando como disfrutar al máximo cada segundo del estar en la tierra que uno nació, y apreciando los colores y particularidades de nuestra cultura.
Allá en Catarina, nos quedamos estacionados en un puesto de frutas donde elegimos de todo, Nísperos, mamones chinos, guayabas, bananos, grosellas, caña de azúcar, jocotes, mandarinas, y hasta coyolitos! ay que cositas más ácidas!!
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